Hacer valer nuestros derechos sexuales y tener la habilidad de establecer límites claros ayuda a hacerle entender a las personas que nos rodean el valor de nuestras decisiones y la necesidad del mutuo respeto.
Inclusive cuando hay un pacto de encuentro sexual, esto no significa que tu pareja u otra persona te pueda obligar a hacer algo que vaya en contra de tu voluntad. La habilidad de expresar que no queremos algo será un escudo a lo largo del desarrollo de tu vida y de tu sexualidad. Sin importar el lazo que te una a alguien, el respeto a tus deseos y seguridad sexual es fundamental en una relación.
Es importante tener claro que bajo ninguna circunstancia, estás obligado a realizar ningún acto sexual del cual no estés convencida o convencido. Esto, porque tienes completa libertad para poder ejercer tus derechos sexuales y tu voluntad. Posiblemente en algún momento puedas encontrarte bajo la presión de tus amigos y/o tu pareja, pero la decisión de cuándo iniciar y cómo llevar tu vida sexual, dónde, cómo y con quién, solamente la puedes tomar tú.
También, es importante recordar que debemos obtener el consentimiento de la pareja o parejas, cada vez que se quiera practicar una relación sexual. No porque alguien acepte tener relaciones sexuales una ocasión quiere decir que entonces accederá automáticamente una segunda vez.
De igual manera, si alguna persona acepta tener en algún momento sexo oral contigo, esto tampoco quiere decir que automáticamente aceptará tener sexo vaginal o sexo anal. El estatus o la etiqueta de ser “novios” o “esposos” tampoco es un “consentimiento automático” para tener relaciones sexuales; sea como sea, esto no es una condicionante y no te hace tener obligación.
Ambos miembros de la pareja deben dar su consentimiento para cada relación y cada tipo de acto sexual, esto permitirá que las relaciones sexuales se den en un ambiente de respeto y confianza, haciéndolo placentero para ambos.
La habilidad de expresar que no queremos algo será un escudo a lo largo del desarrollo de tu vida sexual, no sólo para evitar vivir experiencias que no deseas o de las que sientes temor o desconfianza.
Decir no, es el ejercicio de tu autonomía y libertad para evitar consecuencias en tu vida y sobre todo en tu salud.
Decir no es el principio para disfrutar tu sexualidad con placer, consciencia, responsabilidad en un ejercicio de autocuidado y a la vez de cuidado a tu pareja; pero sobre todo una expresión de amor a ti.
Información tomada de: Por mí, por tí, por tod@s. Información vital para la salud sexual, una publicación del gobierno de la Ciudad de México, Secretaría de Salud.
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