Comenzó como un juego entre parejas, sin embargo en la actualidad, el mundo swinger promueve la libre experimentación sexual sin importar tu sexo, preferencia sexual y/o estado civil.
Si bien es un ambiente abierto tanto a hombres como mujeres, el mundo swinger tiene muchos aspectos donde las mujeres podemos sacar ventaja, porque nos da reflectores, nos permite protagonizar y guiar nuestras experiencias sexuales, empoderándonos con una fuerza sexual que a pesar de la educación religiosa y moralista prevaleciente en todo el mundo, nadie ha podido extinguir.
Como mujer he encontrado en el mundo swinger el espacio ideal para re-encontrarme con mi sexualidad, practicarla libremente y con responsabilidad. Si eres mujer soltera y estás interesada o eres hombre y quieres que tu pareja retome ese poder sexual que le corresponde, toma nota de los siguientes argumentos en favor del mundo swinger. Tal vez te animen a probar:
No más mentiras ni infidelidad
Si hay algo que la mayoría de las mujeres detestamos es la mentira. Un estilo de vida swinger bien llevado erradica mentiras, infidelidad y la inútil “guerra de sexos” que constituyen el drama de la vida real de las personas que no son swinger.
Cuando una pareja o una persona decide volverse swinger encontrará que ya no hay razón para mentir ni ser infiel si de común acuerdo aceptan tener sexo con alguien/algunos más.
Las mentiras y la infidelidad son reemplazadas por la complicidad que resulta jugar con otras personas en pareja, por ejemplo.
Adiós a la represión sexual…
Y todo lo que ello conlleva, por ejemplo culpas, estrés y preocupaciones.
Está demostrado científicamente que las mujeres sentimos incluso más deseo sexual que los hombres, pero no lo aceptamos abiertamente. Nos masturbamos pero no lo reconocemos y nos da pena hablarlo, nos sentimos culpables. Sin embargo sí nos preocupa tener a la pareja satisfecha y que no se vaya con alguien que sí le dé más y/o mejor sexo, lo cual estresa y nos encierra en una telenovela que nunca termina.
En el mundo swinger eso desaparece, es el ambiente ideal para que una mujer explore con libertad su sexualidad, sin ser juzgada por la cantidad de sexo que practica, con quién o quiénes lo practica, su físico ni su condición social.
Sin enemistades femeninas
Las mujeres somos solidarias entre nosotras. La sociedad basada en la propiedad privada nos ha hecho competitivas entre nosotras, sin embargo una vez derribados los estándares tradicionales, nuestra naturaleza empática, comprensiva, cooperativa y de amistad con otras mujeres resurge. En algunas resurge a tal grado que nos volvemos bicuriosas.
Por lo anterior, en realidad es más fácil para una mujer plantearse ser swinger. Besar y/o tener sexo con otra mujer es de las fantasías sexuales femeninas más reportadas en encuestas.
Liderazgo sexual
Los hombres están más interesados en practicar una sexualidad promiscua, es decir con diferentes personas y por eso generalmente son quienes nos introducen en este tema. Sin embargo, una vez que las mujeres somos expuestas a ambientes sexualmente activos y nos permitimos experimentar, comenzamos a despojarnos de prejuicios, estereotipos y expectativas sociales que nos han hecho reprimir nuestra sexualidad. Cuando eso sucede tomamos las riendas del juego swinger, tenemos la última palabra tratándose de con quién, cómo, cuándo y dónde. El mundo swinger nos empodera.
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Artículo publicado en TheMexicanTimes.mx