Casi todas las parejas piden como requisito estar depilados por completo de las áreas genitales por ser “más higiénico”. Sin embargo no hay un solo estudio sobre sexualidad ni de salud sexual que respalde esta afirmación.
Al parecer los riesgos de salud son mayores si la depilación es una práctica cotidiana, la cual obedece a puntos de vista estéticos solamente.
La depilación del vello púbico irrita e inflama los folículos dejando heridas microscópicas. Luego para mantener la piel suave, es necesario depilar el área frecuentemente. Todo lo cual causa irritación constante del área rasurada o depilada con cera. Cuando se combina esa irritación con la cálida humedad del ambiente que rodea a los genitales, el resultado es un caldo de cultivo propicio para bacterias como A streptococcus, staphylococcus aureus y su reciente mutación: methicillin resistant staph aureus (MRSA). Por lo anterior no es raro encontrar pústulas y otro tipo de inflamación de los folículos en genitales rasurados o depilados.
El vello público tiene un propósito, proteger la piel contra la fricción que de otro modo puede causar heridas y raspaduras. Por lo que es recomendable no retirar (depilar o rasurar) el vello por completo ya que hay un riesgo de sufrir eczemas y que se adelgace la piel. También existe el riesgo de hacerse rasguños y cortes donde pueden alojarse bacterias, herpes, verrugas genitales y otras enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué es lo mejor?
Incluso si se trata de razones puramente estéticas, el vello recortado en las mujeres es más atractivo para los hombres según un estudio reciente pues no las hace ver como adolescentes.
Como médicamente las consecuencias de depilar el vello púbico parecen ser más negativas que positivas, sigue siendo una medida opcional que depende de gustos personales, o en este caso de cada pareja.
Si lo vas a hacer, aquí unos tips para hacerlo bien y evitar algunos riesgos:
– Recorta los vellos del área primero con tijeras limpias. Usa un espejo para evitar agacharte dolorosamente y para que puedas tener una visión completa de lo que estás haciendo. Recorta a distancia y con cuidado. Para el cabello muy rizado, aplica talco y enderézalo, especialmente si es largo. Algunas personas prefieren usar un poco de aceite de oliva o aceite de bebé, lo suficiente para enderezar el pelo, pero no tanto que se interrumpa el proceso de recorte. Toma extra precauciones alrededor del clítoris y los labios vaginales.
– Si prefieres rasurar, el paso anterior facilita el rasurado.
– Evita usar jabón. Usa crema para rasurar que facilitan el proceso y reducen el riesgo de rasparte la piel y que te ocasiones cortes.
– Humedece el vello antes de rasurar y evita hacerlo a contrapelo, si lo haces pueden crecerte vellos encarnados en el futuro.
– Usa navajas nuevas cada que te rasures para evitar infecciones por navajas oxidadas.
– Aplica aceite de coco (aceite de oliva o aloe vera) al terminar de rasurarte, esto alivia la irritación y te protege de infecciones bacteriales.
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