La promiscuidad era la norma en el tiempo antiguo y algunos expertos afirman es dónde el inicio de la humanidad biológicamente tuvo razón de ser.
Incluso bíblicamente -al ser orden divina multiplicarse-, el incesto, tener varias esposas y “servir” a diferentes señores eran cosa de la vida cotidiana de entonces según se registra en las páginas de La Biblia.
¿Cuándo dejamos de ser promiscuos/as?
La verdad es que no hemos dejado de serlo, sin embargo es a los hombres a quienes más se les atribuye y hasta reconoce.
Si bien en las estadísticas de infidelidad se encuentran tanto hombres como mujeres, son los hombres los que acaparan el porcentaje más alto. Tal vez las mujeres somos más discretas con las aventuras o tal vez sí nos detenemos/reprimimos porque socialmente somos más juzgadas al cometer infidelidades.
Como sea, tanto hombres como mujeres ven con buenos ojos y esperan encontrar una persona fiel.
Si la promiscuidad es parte de la naturaleza humana ¿por qué nos asusta tanto ahora?
¿Por qué en países como el nuestro la promiscuidad da asco incluso mencionarla siendo que ocupamos el noveno lugar de promiscuidad entre los países con más de 10 millones de habitantes del mundo?:
1er Lugar: Reino Unido
2do Lugar: Alemania
3er Lugar: Países Bajos
4o Lugar: República Checa
5o Lugar: Australia
6o Lugar: Estados Unidos
7o Lugar: Francia
8o Lugar: Turquía
9o Lugar: México
10o Lugar: Canadá
¿Por qué la juzgamos tanto y nos referimos a personas promiscuas con términos como puta, piruja, mujeriego, donjuán, etc?
Psicólogos evolucionistas afirman que la promiscuidad es una tendencia humana heredada de nuestros antepasados cazadores-recolectoras. La reflexión se basa en que como la promiscuidad aumenta la probabilidad de tener hijos, se incrementa también la aptitud “evolutiva”. Según los expertos, la promiscuidad femenina es ventajosa porque permite que las mujeres elijan los padres para sus hijos, eligiendo a los que mejores genes tienen para garantizar una mejor atención y tener más hijos/as. La promiscuidad masculina consideran era probablemente la más ventajosa porque permitía (aún permite) a los hombres tener más hijos.
Actualmente vivimos en una sociedad civilizada, con normas y costumbres que nos hemos ido construyendo para una segura y sana convivencia en comunidad. Una de esas costumbres es casarse, estar con la pareja en las buenas y en las malas y permanecer juntos a la que la muerte los separe…
Pero eso en la mayoría de los casos se queda en el papel. Al final nuestros instintos naturales emergen…
Para una persona cualquiera estos instintos pueden ser un problema, una enfermedad, una locura… una tragedia en el peor de los casos. En cambio para una persona swinger esto es lo más natural.
Las personas swinger pueden organizarse socialmente en matrimonios o parejas estables, pero reconocen la tendencia natural humana a cambiar de pareja de vez en cuando. Para esas personas, el mundo swinger es el espacio seguro y sano para satisfacer ese instinto.
¿Y tú has sentido el llamado de ese instinto?
Si quieres saber más del mundo swinger, cómo comenzar y cómo hablarlo con tu pareja, escríbenos a info@swingliving.com