La desnudez humana en esculturas no es algo extraño ni censurado, siempre y cuando sea artístico. Generalmente este tipo de obras son solitarias: la Diana Cazadora, es un ejemplo.
Pero cuando las obras ocupan más de 300 mil metros y la mayoría representan posiciones sexuales e incluso orgías, entonces las cejas corren riesgo de entumirse, sobre todo si no se ha nacido en Europa o en alguno de estos países con culturas más abiertas respecto de la desnudez y el sexo.
En Oslo, Noruega, el parque nacional Frogner Park cuenta con más de 200 esculturas humanas, hechas de granito por un solo artista. El monolito titulado El círculo de la vida es la obra central de la instalación The Vigeland Installation:
Otro estupendo ejemplo de parque abierto al público y repleto de esculturas sexualmente explícitas es el que está ubicado en la ciudad catalana Girona, en España:
A diferencia del anterior, el Bosc de Can Ginebreda es una iniciativa apoyada por particulares.
Europa no es la única con amplio criterio, Asia también tiene lo suyo:
Corea del Sur también tiene un parque (abierto desde 2004) dedicado a la sexualidad humana: Jeju Loveland. Algunas de las 140 esculturas representando diversas posiciones sexuales, son además interactivas y en el parque se transmiten películas de educación sexual.