Si estás leyendo este artículo es posible que tengas las características de una persona swinger, una por lo menos sí: curiosidad sexual. Probablemente incluso siempre has pensado como swinger y ni siquiera te has dado cuenta.
¿De qué manera saber si eres swinger o no? ¿Si podrías serlo? ¿Cómo piensa, siente y se comporta una persona swinger? El mundo swinger es muy diverso, pero podemos aventurarnos tratando de descifrar una primera aproximación de personalidad swinger que te permita evaluar si este estilo de vida podría ser para ti o no.
Tolerancia Apertura Libertad Curiosidad Respeto
Nuestra forma de pensar es tolerante, nos gusta el cambio, estamos abiertos a nuevas ideas, formas de pensamiento y vida. Nos encanta la libertad sobre todo la sexual, misma que nos permite explorar con confianza en dinámicas tradicionalmente prohibidas por el pensamiento social influenciado por la religión.
Podemos creer y profesar alguna fe religiosa, pero eso no nos impide tener consciencia de nuestro cuerpo y explorarlo en consenso con otras personas.
Somos exploradores/as de nuestra sexualidad, sabemos que nadie es dueño de los genitales ni del cuerpo de nadie, mucho menos de sus fantasías, que ser swinger es un estilo de vida, no un movimiento ni una moda, mucho menos una enfermedad; que ésta es la mejor expresión que hemos podido encontrar a nuestra libertad individual y la manera más honesta de comunicación en pareja; que salimos del comportamiento ordinario y por definición eso nos hace personas extraordinarias…
Compersión Amor Empatía
Hay personas que se vuelven swinger por compersión: un estado empático de felicidad y deleite experimentado cuando otro individuo experimenta felicidad y deleite. Esto sucede sobre todo con las parejas, cuando de común acuerdo deciden ser swinger porque disfrutan ver a su pareja disfrutar.
Somos personas que se aman tanto al grado de hacer a un lado egoísmo, celos y revanchismo en aras del placer de la persona que amamos. Buscamos lo que otras parejas buscan y eso nos hace ponernos en los zapatos de los demás a la hora de buscar aventuras.
Generosidad Paciencia
El mundo swinger es extremadamente placentero porque se le concibe como un acto generoso para dar más que para recibir. Para lograrlo, cada persona participante evita enfocarse en su propio placer ni trata de imponer sus propias fantasías, si bien debe tenerlas claras y buscar satisfacerlas en el momento adecuado. Ser generosos/as es ampliamente recompensado, hay mucho más placer en el placer de la pareja, que en el propio.
El flujo del placer en una relación sexual entre dos personas es de ida y vuelta. En cambio en el mundo swinger, el flujo del placer se mueve de persona en persona. Somos pacientes, dejamos que las situaciones sucedan a su propio ritmo mientras nuestra pareja y la otra pareja estén a gusto con ellas.
No obligamos a nadie a hacer nada que no quieran. Sabemos que sólo el SÍ significa sí, todo lo demás es no.
Además de lo anterior, las personas swinger somos como cualquier otra. Podemos ser personalidades famosas, escritores, periodistas, deportistas, científicos, actrices y actores, etc. Podemos ser tu vecino/a, tener una familia, hijos/as, un trabajo común, pero eso sí una vida secreta extraordinaria que nos hace sonreír durante la semana y esperar con ansia la próxima aventura.
Si presentas estos síntomas, escribe a info@swingliving.com