Muchas parejas y personas en el mundo swinger lo tenemos claro: sin globos no hay fiesta. Sin embargo hay prácticas sexuales donde el preservativo parece estorbar:
Creampie
Eyaculación dentro de la vagina o el ano para luego retirar el pene y observar cómo el semen es expulsado. Esta es una práctica característica de las películas porno. Sin embargo algunas parejas gustan esta práctica.
Barebacking
Comenzó como una práctica gay que implicaba tener sexo anal sin protección y tomó su nombre de la palabra bareback que significa “a pelo” en español.
Saddlebacking
Se usa para denominar el sexo anal sin protección que practican adolescentes para conservar su virginidad.
Felching
Consiste en sustraer con la boca semen del ano o vagina de la pareja después de que alguien haya eyaculado dentro (creampie). Puede realizarse succionando o bien dejando que gotee mientras se hace un cunnilingus o anilingus. Tras succionar el semen, este se puede pasar de boca a boca a la pareja o una tercera persona.
Sin globos no hay fiesta
Por supuesto, ninguna de las prácticas anteriores puede considerarse sexo seguro. Incluso existen fiestas barebacking gay con el propósito de infectarse los unos a los otros de VIH. Sí, ese es el objetivo de la fiesta. O sea que en lugar de convocar a una fiesta donde todos vayan vestidos de vampiros por ejemplo, en esas fiestas el requisito es estar infectado y tener sexo sin protección.
En la comunidad swinger algunas parejas están retomando estas prácticas sexuales omitiendo el uso del preservativo. Si ustedes en cambio lo consideran necesario deben decirlo y no cambiar sus principios higiénicos al calor del momento o sólo porque es requisito indispensable para jugar con la otra pareja.
Para que efectivamente tengan sexo seguro en sus encuentro, primero establezcan entre ustedes las bases para negociar el uso del preservativo con cualquier otra pareja/persona:
– Lo más importante es estar convencidos de que no se tendrá una relación sexual sin preservativo, porque la salud es primero.
– Tener información clara de los riesgos que implica tener relaciones sexuales sin preservativo y ser capaces de explicarlos a la otra pareja por si los desconoce.
– Mantener una actitud abierta y de escucha, y ser firmes en hacer valer su deseo de protección, por la propia salud y la de la otra pareja.
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