Plantear la posibilidad de convertirse en swinger es un riesgo…
… un riesgo que no todas las personas están dispuestas a correr, porque la sexualidad y la práctica libre de la sexualidad tienen muy mala fama: tener sexo es pecado a no ser que sea para procrear, sentir placer es exclusivo a los hombres y si una mujer lo intenta es porque es una cualquiera, dar rienda suelta a los instintos siempre termina en tragedia… etc.
Por lo anterior, la idea generalizada es que ser swinger es impensable, es inimaginable y hay que ser una persona muy enferma o dañada para serlo… Sin embargo, más que inmoral, indecente, contranatura y degenerado, el estilo de vida swinger puede de hecho tener varios beneficios para la vida en pareja:
Previene la infidelidad
Bien llevado el estilo de vida swinger en principio erradica la infidelidad. Ya no hay necesidad de serlo si de común acuerdo aceptan tener sexo con otras personas y/o parejas en circunstancias bien definidas. La pareja puede divertirse en conjunto, en equipo, en complicidad, sin tener que esconderse el uno del otro, sin mentir y sin lastimarse.
Facilita la realización de fantasías
Hay parejas que no son swinger y aún así logran hablar de sus fantasías entre ellos, las comparten, las susurran o las gritan para amenizar sus encuentros. Las parejas swinger además, las hacen realidad. Y luego las recuerdan… y se les ocurren más… y se dan cuenta que es una actividad que los une y los hace felices.
Educa en nuevas y mejores técnicas en la cama
Es como ir a un taller práctico y poder experimentar con diferentes personas, estilos, tamaños y dimensiones. La variedad es infinita y entre tanta variedad, algo se aprende y la relación de pareja se diversifica, se vuelve más interesante para ambos.
Florece nuevas y duraderas amistades
La secrecía que viene implícita con el swinging al ser una actividad que rompe convenciones sociales (como la monogamia) provoca que entre las parejas se generen lazos de amistad, que a su vez generan confianza y seguridad. Incluso muchas parejas tienen más amigos en el mundo swinger que en el mundo normal, también puede ser que influya el hecho de que las personas swinger tienen mayor amplio criterio y libertad de pensamiento. Las amistades pueden venir de cualquier parte del mundo, ya que el swinging se practica internacionalmente, lo cual también trae consigo exóticos viajes en pareja.
Madura la relación de pareja
La comunicación entre la pareja se intensifica pues toda fantasía tiene que ser acordada previamente. Las fantasías se convierten en metas conjuntas que unen a la pareja y los hacen poner todo de su parte para conseguirlas. Se vuelven cómplices.
Aún con todos estos beneficios, cabe advertir que ser swinger efectivamente no es para todos ni es una cura para parejas disfuncionales. Es para quien libremente toma la decisión de serlo.